Sól sama w sobie nie jest nigdy gwiazdą stołu i gwiazdą potraw, ale gdyby jej nie było tam, gdzie ma być, na miarę właściwą, może się cała uczta okazać przykrym doświadczeniem!
Tłumaczenie na język hiszpański:
Jesús dijo a sus discípulos:
"Sois la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué la salamos? Ya no sirve para nada, salvo para ser tirada y pisoteada por los hombres.
Tú eres la luz del mundo. Una ciudad situada en una montaña no puede esconderse. Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un corcho, sino sobre un candelabro para que alumbre a todos los que están en la casa.
Brille, pues, vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
La sal en sí misma nunca es la estrella de la mesa ni de los platos, pero si no estuviera donde debe estar, en su justa medida, ¡todo el festín podría convertirse en una experiencia desagradable!
Muchos banquetes de Dios se han echado a perder por culpa de un hombre que se hizo protagonista de un plato que no era suyo, un trozo de sal sobre la mesa, tan sucio como si acabara de salir de la mina de sal de Wieliczka.
Un grano de sal puede no significar mucho y no tiene poder para cambiar el sabor, pero un grano a un grano y ya tenemos un cuarto de gramo, la "pizca" de mi madre, o la "pizca" dialectal de mi casa.
No tenemos que ser presumidos, impresionantes para atraer multitudes, sino constantes en el gusto y en lo concreto, ¡buenos en estas pequeñas manifestaciones de bondad y amor!
No tenemos por qué ser expertos. Es bueno que sepamos serlo en ocasiones, pero antes debemos ser expertos en sensibilidad a las inspiraciones de Dios y a la Voz de Dios.
La luz, incluso la más delicada, si ilumina el Cielo dentro de nosotros, aún no es nuestra, está destinada a brillar también para los demás. Si, en la pobreza de espíritu, sabemos compartir esta luz unos con otros, somos realmente como la Luz, porque no la hemos guardado en nosotros mismos y para nosotros mismos ¡No tenemos sentido de propiedad en nada! A quien es del Espíritu de Cristo, siempre se le puede quitar todo, menos la humilde fe.Nosotros de nosotros mismos sólo podemos y tanto podemos ser iluminados y guardados de ser curtidos cuando no perdemos el contacto con nuestra verdadera identidad, es decir, con Jesús y con la Comunidad de la Iglesia peregrina y glorificada.
Siendo esto un sabor de realidad y un resplandor en el que se percibe con más alegría la verdad, nunca debemos estar solos, no en el Misterio del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia.
¡Somos valiosos por estar juntos!
Aunque esto se exprese de diversas formas, te aseguro que incluso una forma como la vida hermética es estar juntos y descubrir juntos el sabor y el esplendor de la verdad.
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